Las organizaciones confían en el análisis de costo-beneficio para respaldar la toma de decisiones porque proporciona una visión agnóstica basada en la evidencia del problema que se está evaluando, sin las influencias de la opinión, la política o el sesgo.

Al proporcionar una vista despejada de las consecuencias de una decisión, el análisis de costo-beneficio es una herramienta invaluable para desarrollar una estrategia comercial, evaluar una nueva contratación o tomar decisiones de asignación o compra de recursos.

El análisis de costo-beneficio es la base del proceso de toma de decisiones en una amplia variedad de disciplinas. En los negocios, el gobierno, las finanzas e incluso en el mundo sin fines de lucro, el análisis de costo-beneficio ofrece una visión única y valiosa para:

• Desarrollar puntos de referencia para comparar proyectos
• Decidir si perseguir un proyecto propuesto
• Evaluación de nuevas contrataciones
• Sopesando oportunidades de inversión
• Medir beneficios sociales
• Valorar la conveniencia de las políticas sugeridas
• Evaluar iniciativas de cambio
• Cuantificación de los efectos en las partes interesadas y los participantes.

Pasos para el análisis de costo beneficio

Si bien no existe un formato estándar para realizar un análisis de costo-beneficio, hay ciertos elementos centrales que estarán presentes en casi todos los análisis. Revisaremos los cinco pasos básicos para realizar un análisis de costo-beneficio en las secciones a continuación:

• Establecer un marco para delinear los parámetros del análisis.
• Identificar los costos y beneficios para que puedan clasificarse por tipo e intención.
• Calcular costos y beneficios a lo largo de la vida asumida de un proyecto o iniciativa.
• Comparar costos y beneficios utilizando información agregada.
• Analizar los resultados y has una recomendación final informada.

Al igual que con cualquier proceso, es importante realizar todos los pasos a fondo y no ceder a la tentación de cortar atajos o basar suposiciones en opiniones o “mejores conjeturas”.

Según un documento del Dr. Josiah Kaplan, ex investigador asociado de la Universidad de Oxford, es importante asegurarse de que su análisis sea lo más completo posible.

Establecer un marco para delinear los parámetros del análisis

Al establecer el marco de tu análisis de costo-beneficio, primero describe el programa propuesto o el cambio de política en detalle. Mira cuidadosamente cómo colocas exactamente lo que se está evaluando en relación con el problema que se está resolviendo.

Por ejemplo, el análisis asociado con la pregunta: “¿debemos añadir un nuevo profesor a nuestro personal?” Será mucho más sencillo que una pregunta más amplia, como por ejemplo, “¿cómo debemos resolver las lagunas en nuestra oferta educativa?”

Una vez que el cambio de tu programa o política esté claramente delineado, deberás elaborar una descripción general de la situación para examinar el estado actual de las cosas, incluidos los antecedentes, el desempeño actual, las oportunidades que has traído a la mesa y tu desempeño proyectado en el futuro. También asegúrate de tener en cuenta una mirada objetiva a los riesgos involucrados en el mantenimiento del status quo en el futuro.

Ahora decide cómo abordará los beneficios de costos. ¿Qué beneficios de costos deben incluirse en tu análisis? Incluye lo básico, pero también piensa un poco más para llegar a cualquier costo imprevisto que pueda afectar la iniciativa tanto a corto como a largo plazo.

Identificar los costos y beneficios para que puedan clasificarse por tipo e intención

Ahora que tu marco está en su lugar, es hora de clasificar tus costos y beneficios en cubos por tipo. Las categorías principales en las que caen los costos y los beneficios son directas / indirectas, tangibles / intangibles y reales:

• Los costos directos a menudo se asocian con la producción de un objeto de costo (producto, servicio, cliente, proyecto o actividad).
• Los costos indirectos generalmente son de naturaleza fija y pueden provenir de los gastos generales de un departamento o centro de costos.
• Los costos tangibles son fáciles de medir y cuantificar, y generalmente están relacionados con una fuente o activo identificable, como nómina, alquiler y herramientas de compra.
• Los costos intangibles son difíciles de identificar y medir, como los cambios en la satisfacción del cliente y los niveles de productividad.
• Los costos reales son gastos asociados con la producción de una oferta, como los costos laborales y las materias primas.

Calcular costos y beneficios a lo largo de la vida asumida de un proyecto o iniciativa

Con el marco y las categorías establecidas, puedes comenzar a delinear los costos y beneficios generales. Como se mencionó anteriormente, es importante tener en cuenta tanto el corto como el largo plazo, así que asegúrate de hacer tus proyecciones basadas en la vida del programa o iniciativa, y observa cómo evolucionarán los costos y los beneficios con el tiempo.

Comparar costos y beneficios utilizando información agregada

Aquí determinaremos los valores actuales netos restando los costos de los beneficios, y proyectaremos el marco de tiempo requerido para que los beneficios paguen los costos, también conocido como retorno de la inversión (ROI).

Claro que el proceso no termina ahí. En ciertas situaciones, es importante abordar cualquier preocupación seria que pueda afectar la viabilidad desde un punto de vista legal o de justicia social. En casos como estos, puede ser útil incorporar una comparación “con / sin” para identificar áreas de posible preocupación.

Con / sin comparación

El impacto de una iniciativa puede enfocarse a través de una comparación básica “con / sin”. En otras palabras, aquí es donde observamos cuál sería el impacto, en organizaciones, partes interesadas o usuarios, con o sin esta iniciativa.

Analizar los resultados y has una recomendación final informada

En este punto, el tramo inicial del análisis de costo-beneficio, observará los resultados de tu trabajo y formará la base para que tomes tu decisión.